Como ella, ninguna!
Existen hombres que van mas alla de lo que se ve y tienen el don de sentir por los demas. Estas lineas le pertenecen a uno de ellos. Nuevamente, gracias F.M.
Su corazón es una sinfonía de ternura,
forjada de miel y arpas,
ella es el sol que sale después de la lluvia,
el agua azul del que está hecha la luna.
¿Y dónde te encuentras tú?
¿Qué haces sentado ahí, llenándote de moho,
suspirando por ella y viendo cómo tu bendición se apaga?
Mientras tú juegas a amarla,
mis ojos la miran naufragar en la tempestad del desaliento,
y una lágrima hecha de ácido me turba el corazón.
Porque como ella, ninguna.
Ella es la pastilla para cualquier virus del alma,
ella es el ingrediente “mágico” que convierte en manjar un simple alfajor,
sin ella lo exquisito se convierte sólo en delicioso,
ella abre el acceso a un misterioso rincón.
¿Y tú, qué rayos haces dejándola ir?
¿Por qué te empeñas en revolcarte en el lodo?
¿Por qué te ensucias en la pocilga con ellas?
Con esas que en lugar de cerebro tienen un televisor.
Necio: prefieres sentarte en el suelo a compartir las sobras con las buitres,
que en la misma mesa con ella, una cisne vestida de seda.
Eso es necedad elevada al cubo.
Sus ojos riegan de color la vida.
Su risa enciende el sol y apaga la muerte.
Ella es tierna e irrepetible, irrepetible y tierna como la felicidad.
Y te arrepentirás...
Porque cuando bebas el veneno de otros labios,
y hayas dejado que manoseen tu corazón cientos o miles,
y el tiempo te haya abofeteado, y te pese en el alma lo que hoy desprecias,
entenderás que como ella, no hay ninguna.
Ella es bendición, un obsequio de la mano de Cristo.
Mientras tú juegas a amarla,
mis ojos la miran hundirse reviviendo tus besos,
y algo más filudo que el amor me parte por dentro.
Mientras tú juegas a amarla,
mis ojos la miran incinerándose entre las llamas de tus amores,
y tengo la cara embarrada de envidia.
Como ella, ninguna.
No la dejes partir.
Detén el barco en donde la abandonaste.
Te arrepentirás.
Te la quitarán.
Alguien más sabio que tú la amará.
Él Sabe lo que ella es, y no la dejará ir.
Tómala ahora.
Te arrepentirás.
Ya lo verás. Ya lo verás.
Te arrepentirás
Su corazón es una sinfonía de ternura,
forjada de miel y arpas,
ella es el sol que sale después de la lluvia,
el agua azul del que está hecha la luna.
¿Y dónde te encuentras tú?
¿Qué haces sentado ahí, llenándote de moho,
suspirando por ella y viendo cómo tu bendición se apaga?
Mientras tú juegas a amarla,
mis ojos la miran naufragar en la tempestad del desaliento,
y una lágrima hecha de ácido me turba el corazón.
Porque como ella, ninguna.
Ella es la pastilla para cualquier virus del alma,
ella es el ingrediente “mágico” que convierte en manjar un simple alfajor,
sin ella lo exquisito se convierte sólo en delicioso,
ella abre el acceso a un misterioso rincón.
¿Y tú, qué rayos haces dejándola ir?
¿Por qué te empeñas en revolcarte en el lodo?
¿Por qué te ensucias en la pocilga con ellas?
Con esas que en lugar de cerebro tienen un televisor.
Necio: prefieres sentarte en el suelo a compartir las sobras con las buitres,
que en la misma mesa con ella, una cisne vestida de seda.
Eso es necedad elevada al cubo.
Sus ojos riegan de color la vida.
Su risa enciende el sol y apaga la muerte.
Ella es tierna e irrepetible, irrepetible y tierna como la felicidad.
Y te arrepentirás...
Porque cuando bebas el veneno de otros labios,
y hayas dejado que manoseen tu corazón cientos o miles,
y el tiempo te haya abofeteado, y te pese en el alma lo que hoy desprecias,
entenderás que como ella, no hay ninguna.
Ella es bendición, un obsequio de la mano de Cristo.
Mientras tú juegas a amarla,
mis ojos la miran hundirse reviviendo tus besos,
y algo más filudo que el amor me parte por dentro.
Mientras tú juegas a amarla,
mis ojos la miran incinerándose entre las llamas de tus amores,
y tengo la cara embarrada de envidia.
Como ella, ninguna.
No la dejes partir.
Detén el barco en donde la abandonaste.
Te arrepentirás.
Te la quitarán.
Alguien más sabio que tú la amará.
Él Sabe lo que ella es, y no la dejará ir.
Tómala ahora.
Te arrepentirás.
Ya lo verás. Ya lo verás.
Te arrepentirás